La piel es lo que cubre el exterior de nuestro cuerpo, consta de una capa llamada Epidermis y otra Dermis, la piel cuida nuestro cuerpo de lastimarse y de parásitos y bacterias que nos rodean a diario, es un órgano activo y muy sensible, no una cobertura plástica a la cual podemos maltratar sin que reaccione de ninguna manera.
Por ello hay que tener cuidado al trabajar con ella, todas las pieles comparten ciertas características, después de eso las variantes son casi infinitas, tienes que ser consciente de que en algún momento vas a estar en contacto con todas o casi todas ellas.
Algunas pieles son escamosas y otras son grasas, algunas rechazan el tatuado por completo y otras lo asimilan a la perfección, unas muy sensibles y otras en lo absoluto, antes de tatuar intenta determinar qué tipo de piel tiene tu cliente. No puedes trabajar a todos por igual, algunas pieles se marcan y forman moretones con más facilidad que otras.
No importa que tipo de piel sea, siempre manten humectada para que sea más fácil de perforar con las agujas al tatuar.
Un buen tatuaje no debe ser profundo para que quede permanente, puede sobrevivir con éxito estando alojado en la capa de la Epidermis, también depende del espesor de la piel de la persona, no todas son iguales en los mismos lugares.
ESTIRANDO LA PIEL
Lo más importante a la hora de tatuar es que la piel a perforar esté bien tensa, de lo contrario hará que las agujas penetren de manera incorrecta, dejando líneas muy finas, y débiles o entrecortadas. Si son muy gruesas es que estás penetrando demasiado en la piel, y vas a dejar nudos de tinta y cicatrices posteriores.
Si no está bien estirada la piel el pigmento se alojará en la primera capa de la Epidermis y con el tiempo se saldrá junto con el tejido muerto que a diario cambiamos en nuestro cuerpo.
Siempre mantén el área limpia para ver si lo estás haciendo bien y determinar que tan sólidos son tus trazos y los colores utilizados. Si estás tatuando una pierna o brazo sujétalo por detrás fuertemente sin acalambrarte o lastimar al cliente, tira con tu mano hacia atrás de donde estás tatuando, haciendo que la zona quede bien tersa y firme. Nunca cambies la tensión de la piel estirada mientras estás haciendo una línea o los trazos también cambiarán. Quizás en el momento no vas a notar la diferencia, pero el tiempo te lo demostrará. Si es necesario parar de estirar por cualquier motivo deja de tatuar, acomódate de nuevo y continua con tu trabajo.
Si la zona a tatuar es un torso o una espalda la forma de estirar es distinta, con el pulgar estira hacia un lado y con el resto de los dedos estira hacia el lado contrario, siempre ejerce cierta presión hacia abajo a la vez que estiras la piel, jalas, estiras, abres la mano suavemente, esa es la definición correcta de cómo se estira. Si la piel se resbala demasiado puedes colocar una hoja de papel tissue en la base de la mano para evitar ese movimiento. Cuando hagas transfers (plantilla del diseño), ten la precaución de hacerlo con la piel en reposo, o sea, sin estirar, si lo haces estirándola al soltarla se vería deformado, siempre recuerda que la persona debe estar parada en forma natural sin importar el lugar a tatuarse.
Para delinear estira siempre la totalidad de la línea a tatuar, para colorear o sombrear puedes estirar zonas más pequeñas.
PIEL OSCURA
No hay diferencia en tatuar una piel oscura de una clara, solamente no resaltarán tanto los colores en una oscura, sean cuales sean.
Al contrario de lo que se cree, la tinta blanca no es la solución para una piel oscura, olvídate del blanco en ese tipo de piel. El rojo y el negro son los que mas resaltarán, cuando alguien de piel oscura entra a tu Studio y duda ¿ y cómo quedaría?, es ahí donde vas a poner en práctica tus conocimientos de relaciones públicas.
Tienes que asegurar que si es de color negro se notará, no tanto como a las pieles claras pero se notará, y trata que se tatúe la parte interna del brazo, donde la piel tiene un tono más claro que el resto del cuerpo.
